El desarrollo de la tecnología ha otorgado al público general posibilidades gráficas que antes estaban solo al alcance de una pequeña élite. Los drones quizá sean la mejor muestra de ello: imágenes que no hace muchos años solo se podían captar alquilando un helicóptero ahora no requieren más que un aparato que se puede adquirir por unos cientos de euros. Y algo parecido sucede con las cámaras de acción, que han popularizado la grabación de espectaculares vídeos cuya producción antes requería un gran —y costoso— despliegue técnico.
La joven start-up china Insta360, que ya había apuntado maneras anteriormente con su pequeña cámara de 360 grados para Android y para iPhone, aúna en la nueva One X lo mejor de las cámaras de acción y las variadas posibilidades que ofrecen las que captan imágenes en todas direcciones. A primera vista, el aparato se caracteriza por sus pequeñas dimensiones y por la facilidad de uso. Pero lo que más llama la atención cuando se utiliza es la definición de los vídeos y de las fotografías que captan sus dos lentes —5,7K y 18 megapíxeles respectivamente— y el magnífico funcionamiento de su sistema de estabilización, que la empresa ha bautizado como FlowState.